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Bienvenidos a la revista literaria de los escritores noveles.

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En la cama (el poema)


La puerta de la habitación es abierta. Los ávidos ojos contemplan la cama que luce adornada con una flor en un extremo. Los musculosos brazos levanta a la muchacha, y con pasos seguro se dirige al centro de la recamara.
En la cama, la deposita cual hermosa flor.
En la cama, ambos se acarician sus rostros con las penetrantes miradas, que es comparado con el céfiro de la joven madrugada.
En la cama, suavemente la toma por los hombros y la deposita verticalmente en el lecho
En la cama, la mano crispada del macho, baja al muslo de la hembra que, en forma excitada, se fatiga como la fiera cuaima que es hecha prisionera.
En la cama, ella deja escapar unos leves quejidos eróticos, por el insaciable deseo posesivo.
En la cama, sus bocas como fuego se rozan, como el meteorito que se funde al precipitarse a la atmósfera.
En la cama, sus bocas se unen, como tratando de alimentar con buena leña a la ignita chimenea.
En la cama, sus prendas de vestir vuelan por los aires, como impulsados por catapulta.
...y en la cama, un grito lastimero rasgo el ignívomo silencio. El hombre queda inmóvil y aturdido... mirándola fijamente... lo vuelve a intentar, mas, ella rehúye el desnudo cuerpo... él, parece comprender...- ¿será posible?- se pregunta en sus adentros. Ella lo observa con mucho amor, y como adivinando los pensamientos de su compañero, susurra: - ¡¡mi amor, soy virgen!!
- Linda mujer, bendita sea por regalarme tu virginidad.
...y en la cama se reinicia el idílico encuentro con extrema delicadeza.
En la cama, unos estertores rasguñan sus gargantas... y los cuerpos se unen con movimientos epilépticos.
En la cama, un éxtasis de deja oír y baña todo los espasmódicos cuerpos.
En la cama, sienten que una pirosis los consumen como el estío verano a la seca sabana.
En la cama, ella se enrosca y se encorva al sentir entre sus piernas una brasa apocalíptica que la penetra con misericordia.
En la cama, siente el fluir de los gametos masculinos que le inunda las entrañas.
En la cama, ambos se sacuden como el océano por la tormenta huracanada...como el puente colgante de bejucos.
En la cama, sienten dentro de si, las mezclas de las dos células masculinas y femeninas.
...y en la cama, el orgasmo los transporta a ese mundo de utopía y ensueño, que solo es comparado con el néctar que tomaba Dionisio, hijo de Zeus.
En la cama, todo concluye... se visten en forma silenciosa. Dos lágrimas ruedan por las muellemente mejillas de la chica...
- ¿Mi amor, que te pasa?
- Llévame a mi casa, por favor.
- Perdóname si te hice algún daño.
- ¿Que quieres que te perdone? ¿Me violaste?
- ¡¡¡No...!!!
- ¡¡¡Si todo fue tan maravilloso!!! - dice la mujer con una fresca y agradable sonrisa. Luego el joven toma a la muchacha por una mano y juntos abandonan el lugar, quedando acá, sobre la cama, una mancha, que seria el extracto de la desflorada mujer.


Luis E. Nóbriga


Facilitado por: Adala Cyrene


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