Preguntas, respuestas
¿quieres vivir? estás loco
¿quieres luchar? eres peligroso
¿tienes ilusiones? no las cumplirás
¿vas a hablar? no te oirán
¿gritas? te harán callar
¿amas? imbécil
¿quieres ser hombre? hablas cosas raras
¿Quieres ser una pieza sin
vida que camina porque la
han puesto en marcha? TRIUNFARÁS
¿quieres confiar en los hombres? Morirás
Destino
Si no vives, ni hablas.
Si no piensas, ni amas.
Entonces serás grande,
una máquina perfecta,
que se levanta, anda,
come y trabaja.
Ése es tu destino,
así vivirás,
vivirás mucho tiempo.
Estarás enfermo
pero los médicos te sanarán;
querrás trabajo
y lo tendrás;
divertirte
y te divertirás.
Pero si vives, si gritas,
si proclamas tu pensamiento,
si amas y quieres luchar,
entonces tu destino es más fácil,
morirás.
Elige tu destino, elígelo
y después síguelo.
Biblioteca
Yo quiero ser un ratón de biblioteca.
Saltar de libro en libro,
royendo su sabiduría muerta.
Admirando pelados cráneos,
tapaderas de mentes iluminadas,
depósitos de saber,
lodazales de miseria.
Quiero saltar de Sto. Tomás a Avicena,
hollar majestuosas sendas
que van desde el misil a ala piedra.
Correr sobre mares embravecidos
y nadar sobre vastas llanuras,
volar en los profundos infiernos
y arrastrarme por la sideral estratosfera.
Asomarme un minuto a la vida
y volver, asustado.
a mi rincón de hemeroteca
Hora desesperación
Es la hora,
la hora en punto
de empezar a vivir
o quizás de morir.
Al final del camino
¿qué nos espera?
Llevo grabado en los huesos
ese oscuro caminar sin meta.
La monotonía del quehacer diario
es una tela de araña que nos ata.
Salimos de donde llegamos
y llegamos a donde salimos.
Uno a uno
todos los muertos se ríen de nosotros,
y los vivos se vuelven sordos.
Pero el reloj marca ya la hora,
nuestro reloj de caminantes baldíos
marca ya nuestra hora,
la hora de la desesperación.
Un poeta
¡Qué cosa más rara!
Hay un poeta en la trinchera.
Un poeta está en la guerra.
¿Estará pensando en su amada?
Sin duda prepara una epopeya.
¿Quiere hacer el poema de la sangre?
¿O contar las glorias del soldado?
¿Dulcificará las balas con metáforas?
............................................................
¿Qué hace un poeta en las trincheras?
¿?
El dinero
la “felicidad”
el honor,
el prestigio
¿de qué nos sirven,
si nos falta todo?
Yo, ya no soy yo,
tu no eres tú,
nadie es nadie.
A todos nos conducen,
componen la marcha
y nosotros seguimos ese camino.
No sabemos donde vamos
ni de donde venimos.
Sólo andamos
sin rumbo
sin proyecto.
Pero eso se acabó.
¡Rompamos las ataduras!
No me sirven las vedettes,
ni los mitos.
Quiero caminar yo,
ser yo mismo
el que rija mi vida,
y, junto con todos,
construir el nuevo mundo.
Y no esperar,
no queremos esperar,
queremos empezar a andar
desde hoy,
desde ahora mismo.
(El hombre, sonriente, traspasó
la puerta del cementerio,
abrió una tumba y se introdujo en ella)
Sólo eterno
Quince largos meses han pasado
ya sólo queda el recuerdo
un recuerdo viejo
desvaído
muerto.
Se marchó con el gran frío de Febrero
pasó rápida la primavera
huyó el tórrido verano
deshojó el otoño
y el invierno.
Pasaron las cuatro estaciones
se apagaron las sonrisas
llegó la tristeza y
mató al hombre
sólo.
El recuerdo deja ya sitio al olvido
el hombre debe empezar de nuevo
construyéndose otra vida
soltando la carga
debe morir
sólo.
Tierra roja
tórrida maldición
de un irascible dios,
bola de fuego clavada
sobre el firmamento.
En el cielo tú,
en la tierra nada.
Eterno camino sin límites,
con la salida en la meta
y la meta en ninguna parte.
Paladín de la locura,
peregrino del deseo,
el hombre cabalga.
Arriba el padre sol,
abajo su roja hija.
Tierra de dolor, tierra de alegría.
Esperas de la lluvia el día.
Lluvia que levante
tu áspera corteza.
El hombre cabalga.
Espera el día
del nacer eterno.
Entre el rojo sol
y la roja tierra,
rojos como su sangre roja,
EL HOMBRE CABALGA.
Aspa endurecida
por siglos de amargura.
Viste arder la pasión,
cobijaste al asesino.
Saludaste a las huestes imperiales.
Rechazaste, riendo,
al loco caballero.
Giraste con los vientos
de revoluciones y guerras.
Viste al hermano
matar a su hermano.
Ahora, endurecida,
vieja, callas.
Ventana
rectángulo infiel
de tardes parturientas.
Ojo de la luz,
muralla de la vida.
Sardónica,
aparentas ser risueña
cuando te entreabres
y enseñas
Todo un mundo
extraño,
y luego
te cierras
hostil,
malhumorada,
te niegas
a dejar traspasar
tu puerta.
Facilitado por: Fátima Ricón Silva
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GENIALES...!!!
ResponderEliminarMUY BUENOS... NO HABÍA TENIDO LA OPORTUNIDAD DE LEER ESTE AUTOR QUE BIEN....
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